domingo, 23 de octubre de 2016

Cuentas pendientes

Yennefer de Kalth echó un vistazo a su bola de cristal y lo vió claro, había localizado el lugar donde el talentoso mago Jesús Cáceres escondía sus grimorios y pergaminos cuando el cataclismo se desató.
Su joven aprendiz también observaba el panóptico. Desde que Yennefer la sacó de una vida de depravación, drogas mágicamente sintetizadas y música electro-tribal en los polígonos gremiales del extrarradio, se había convertido en una entusiasmada y aventajada estudiante aunque ahora se recuperaba de una dolorosa herida

- "Maestra, ¿has encontrado el cubil de Jesús Cáceres?
- Si Vane, todos sus tesoros están repartidos por la zona... hay grimorios, pergaminos, pociones para ponerse fuerte y ropa dos tallas más pequeñas y con purpurina
- Bien, iré avisando a los soldados para que se preparen
- Vane, quizás tu deberías quedarte, ya sabes, tu herida...
- Son solo dos dedos maestra, hemos visto cosas peores
- De acuerdo, no te mentiré. Toda ayuda que podamos conseguir será poca, he mirado en el futuro y es turbio y de colores oscuros, como el agua del grifo
- ¿Debo decirles a los soldados que estará allí Gerónimo?
- Si, díselo. Haremos esto rápido y fácil, pero si podemos acabar con él todos nos quedaremos más tranquilos. Quien acabe con él o su aprendiz tendrá una botella de licor colorado solo para él.
- Se lo hare saber, vamos a preparar todo "


 La Yenni y sus bandarras

Gerónimo's ten

 Aún no había amanecido cuando las dos bandas se encontraron en las ruinas. Yenni pensaba que contaría con el factor sorpresa de intuir el futuro, pero no contaba con que Gerónimo podía augurar el mal presagio cociendo fideos de Yakisoba y ya estaba preparado para el duro combate que se venía.




Sin tiempo para saludos ni cordialidades, las bandas comenzaron a tomar posiciones y buscar las mejores coberturas posibles para reclamar los tesoros y no sufrir heridas.
Gerónimo Garca tomó la iniciativa y acompañado del caballero Sir Bertín Osborn y el ballestero Hans Virotes se posicionaron para lanzar un hechizo de Niebla y evitar que Yenni tuviera línea de visión con los tesoros más próximos.

Avanzad, que para eso os pago mal y tarde

La Yenni encontró un lugar entre la niebla para ver a su ladrón que ya tenía cogido el primer tesoro para lanzar Trasposición con un infante astutamente colocado en la retaguardia, aunque para ello tuvo que consumir las cargas de su Bastón de Poder. Junto al tesoro extra por el hechizo Revelar Secreto parecía que pronto tendría dos botines fáciles en su haber.


Por su parte Morocha Amorocha, la aprendiz de Gerónimo, lanzaba una Niebla para cubrir el flanco derecho. Frederik Gutiérrez lanzaba su poción de Invocar Demonio para reforzar el flanco y el arquero Patrick Nerf conseguía herir levemente a un cazatesoros que avanzaba hacia una torre. Joaquín Fénix, el domador de cuervos, mandó a su cuervo Russel a surcar el cielo para picotar todos los ojos que fuera posible

True fact

La Vane utiliza su Bastón de Poder para usar Trasposición entre un infante y su sabueso de guerra  mientras que un ballestero toma posición para arrear un virotazo a Gerónimo que no estaba completamente cubierto, pero falló. El cazatesoros trepó a la cima de la torre para alcanzar el tesoro allí oculto y con su Anillo de Teleportación escaparía sin más rasguños que el que había recibido, o al menos eso pensaba...

En el flanco izquierdo comienza el segundo turno la Yenni lanzando Martillo Elemental al ballestero que anteriormente había fallado, haciéndole aún más temible.
Sir Bertín atrapa un tesoro y Gerónimo de manda de un Salto lejos de cualquier peligro. Joaquín Fénix atrapó un tesoro y se amagó tras una casa escrutando la mejor ruta para escapar sin que el tirador que había tomado posición en la plaza la viese.
La Vane usa de nuevo Trasposición para posicionar a su tirador en una posición más ventajosa, pero quedó expuesta. Súbitamente sintió un terrible dolor en su brazo producido por un Dardo de Hueso de Morocha que no dejó pasar la ocasión, dejándola malherida.



El ruido del combate atrajo a un necrófago stalinista que el tirador Fernando Alonso despachó de un buen virotazo en el pecho y una rata gigante y hambrienta también hizo su aparición entrometiéndose en un combate en el que se deshizo de un templario e hirió a un bárbaro.
Yenni manda a sus ladrones sacar los dos primeros tesoros, ya que el combate se recrudecía en la plaza del Conde Morr y no tenía pinta la situación de volverse más amable.

Gerónimo también quería su parte de riquezas y con un Salto dejó al domador Joaquín Fénix muy cerca del borde para volver a su guarida con el tesoro en el siguiente turno.
Por su parte la Yenni lanzó Trasposición sobre su ladrón que había capturado el tesoro del tejado con el sabueso de guerra de Gerónimo, Perro Peligro, que se aproximaba con malas intenciones.






Y en este punto fue cuando todo se torció para los intereses de la Yenni, ya que Morocha hizo sonar su Cuerno de Destrucción derrumbando la torre en cuya cima estaba el cazatesoros a punto de escapar y quitando así la única cobertura que le separaba de los tiradores de Gerónimo.


Tres soldados la apuntaban con sus armas, solo se necesitó un disparo para dejar a la Yenni fuera de combate de un certero virotazo en la pierna.
Pero para la Vane la situación no era más halagüeña, ya que el cuervo Russel se lanzó a por ella y la mantuvo entretenida a ella y sus escoltas mientras los soldados de Gerónimo corrían para asaltarla.
Sir Bertín huye con su tesoro como buen caballero español y centauro legendario mientras Frederik Gutiérrez daba fin a un ballestero que intentaba frenar su avance.

Al comenzar el cuarto turno Gerónimo sabía que toda la riqueza sería suya si evitaba que la Vane y sus escoltas sacaran con los tesoros que portaban, por lo que lanzó un hechizo de Embarrar sobre su posición mientras Morocha lanzaba Salto al demonio de la botella para cubrir la posible huída por la retaguardia.
Los escoltas de la Vane lograron acabar con el cuervo no sin dificultad y sufriendo heridas pero ya era demasiado tarde, los refuerzos de Gerónimo habían llegado y sin piedad alguna brearon a la Vane y los dos secuaces que la protegían.

El sabueso de Yennefer completamente rabioso y sin conocimiento le mordió bien el orto a Hans Virotes, dejándole fuera de combate. El incompetente ballestero de la Yenni, al verse superado en número, silbó al sabueso y ambos salieron huyendo a lamerse las heridas a su guarida con el resto de los supervivientes

Siento un vértigo en la cola

Era momento de recoger el resto del botín. Esta vez la suerte había sonreído a Gerónimo y toda su banda se retiraba sana y salva, pero Felstad es una ciudad despiadada, el cadáver de aquel cazador de tesoros enterrado bajo los escombros de la torre daba fe de ello.

De vuelta a su laboratorio, la Vane lloraba al ver su brazo roto, retorcido y con dos dedos menos. Lloraba, y apretaba sus dientes mientras juraba vengarse de Morocha.

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